Cuando ya no te inquiete lo que pase contigo,
cuando te quede claro que esta vida es un juego,
cuando a aquel que te agravia no lo veas enemigo
cuando ya no le busques distracciones al ego...
Cuando por igual trates al triunfo y a la derrota,
y entiendas que las cosas no son lo que aparentan,
cuando igualmente aprecies la flor que no se nota,
y los bellos jardines que a veces se presentan.
Cuando mires al mundo lleno de compasión
por aquellos hermanos que han elegido el drama,
pero ala vez comprendas que al abrirse el telón
son solamente actores de una infinita trama.
Cuando ya no te tomes ninguna cosa en serio,
cuando no te interese ni ser juez, ni ser parte,
cuando poses tus ojos de lleno en el misterio
y sientas que no hay nada que puedas lastimarte...
Y ya no te preocupe abandonar tu traje,
con ese desapego del que a nada se aferra...
¡Celebraré tu vida... compañero de viaje!
¡Bendito angel humano... caminando la Tierra!